Eva Longoria está negra
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5 de junio de 2009
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(Artículo de opinión. Publicado en Diario Metro el 28 de octubre de 2008)
A Eva Longoria la tienen frita las exigencias del guión. Primero, los escritores de “Mujeres Desesperadas” transforman su personaje en una atribulada ama de casa con hijos. Eva ha tenido que engordar varios kilos para la próxima temporada y rueda sus escenas despeinada y sin maquillaje. Pero lo que le han hecho los de L’Oréal es aun peor: su nuevo anuncio es de ¡un tinte para el pelo!
L’Oréal es una multinacional de los cosméticos muy poderosa. Su nómina de modelos es abrumadora y a todos los tiene en un gran sufrimiento por su imagen (que si las arrugas de Linda Evangelista, que si la caspa de Rafa Nadal). El cabello les angustia sobremanera. ¿Claudia Schiffer? Está fatal de las puntas. ¿Andie McDowell? Otra que se disimula las canas. Incluso nuestra Penélope Cruz, que fue encumbrada a la categoría de diva universal en ese anuncio de lacas en el que sale tan estupenda, incluso ella se tiñe. Su tono es Glossy Chocolat con deliciosos reflejos dorados, asegura. Si la primera división de los famosos prescriptores se encuentra en un estado tan calamitoso, más abajo ni les cuento.
¿Se imaginan lo bajo que es caer a anunciar mocos de caracol en la teletienda? Pues codazos debe haber para llevarse el contrato. Con el dinero que mueve la industria de la cosmética, que en el frasco metan aleta de tiburón o cera de abejas no deja de ser el chocolate del loro (se podría hacer una crema de eso: “Ahora con más chocolate del loro concentrado”). Lo que importa es que el secreto del éxito se pueda comprar en el supermercado. Y que venga recomendado.
La publicidad es muy cruel. Tratamos a nuestras divas como peleles. Las cubrimos de filtros de Photoshop, las convertimos en el ideal de belleza y cuando las tenemos endiosadas, ¡plas!, las hundimos en la miseria de las personas normales. Están guapas a base de remiendos, las pobres. Se ganan la vida enseñando las patas de gallo. Porque hay algo morboso en ver a una modelo hecha unos zorros. Y la verdad, es un alivio constatar que son imperfectas como nosotros, que se liman los callos y se tiñen las canas, que Eva Longoria es morena, sí, pero de bote.